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Por: Saul Franco

La tuberculosis: afrenta y alerta mundiales

La persistencia de la tuberculosis, TB, una enfermedad milenaria, para la cual hay vacuna hace casi un siglo y antibióticos hace más de 70 años, constituye una ofensa grave y una alerta roja para la humanidad.

Afrenta porque sigue siendo una enfermedad esencialmente ligada a la pobreza, la insalubridad, la desnutrición, la exclusión social y la ineficiencia de los servicios de salud. Y alerta porque diariamente mata casi 5.000 personas en el mundo y porque, si no se enfrentan sus causas más profundas, seguirá enfermando, matando y evidenciando la insuficiencia de la ciencia, las tecnologías y las filantropías.

Es larga y mortífera la historia de la tuberculosis. Cinco siglos antes de la era cristiana, ya Hipócrates consideraba a la tisis (también llamada así por el enflaquecimiento que produce) como la enfermedad más frecuente. A mitad del siglo XVII, era la primera causa de muerte en Europa, que padeció durante 200 años una epidemia de TB. Los avances microbiológicos de finales del siglo XIX, y terapéuticos de mediados del siglo pasado, produjeron el espejismo de su próximo final.

Pero la persistencia del hambre, la insalubridad y las inequidades, el surgimiento de nuevas infecciones —como el VIH/SIDA— y de situaciones como las migraciones forzosas o el consumo de substancias psicoactivas, le han permitido no sólo sobrevivir sino incrementarse en algunos países y grupos sociales. Por su parte, el bacilo que la produce ha desarrollado una sorprendente capacidad para adaptarse y resistir el ataque de mezclas casi tóxicas de antibióticos. De hecho, uno de los problemas terapéuticos más difíciles hoy es la llamada tuberculosis multirresistente.

A nivel mundial, la TB mata hoy más que el SIDA y sigue siendo un problema importante de salud pública. Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, en 2013 se registraron nueve millones de casos nuevos, pero se estima que una tercera parte de los casos que ocurren no se diagnostican. África aporta el 25%, India el 24%, China el 11% y América el 3%. En 2015 murieron en el mundo 1.8 millones de personas por tuberculosis. En toda América se reportaron 268.400 casos en 2012, es decir: un caso nuevo de tisis cada dos minutos.  60% de este total corresponde a cuatro países: Brasil, Perú, México y Haití. La OMS reconoce una lenta mejoría global en la morbilidad, la mortalidad y el éxito terapéutico.

En Colombia, a pesar de la reducción de la mortalidad, la situación de la TB se viene deteriorando. De un total de 10.913 casos nuevos en 2009, pasamos el año pasado a 13.808, de los cuales 2.113 tenían también VIH/SIDA. El 68% de los casos nuevos se curaron, pero 1.243 murieron. Un estudio serio, realizado por la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, publicado en 2004, evidenció que el sistema de salud implantado con la Ley 100 de 1993 había empeorado el problema de la tuberculosis en el país, en especial entre los más pobres, al reducir la cobertura de vacunación, el seguimiento de los contactos y las tasas de curación, por irregularidades en el tratamiento, y al aumentar la fragmentación en el manejo de la enfermedad y la precariedad de la información.

Al celebrar el pasado 24 de marzo el Día Mundial Contra la TB, la OMS decidió apelar a la ética como parte de la estrategia para entender e intentar acabar con esta enfermedad. Señaló, además, entre los principios de su estrategia: la equidad y el respeto a los derechos humanos.

Aunque tarde, es importante que la OMS reconozca las dimensiones económicas, culturales y políticas del problema, identificadas ya hace tiempo por algunos pensadores de la salud, y probadas por las curvas de tendencia de la enfermedad. Pero hay que integrarlas no como factores adicionales, o discurso moralista, sino como determinantes de fondo, sin cuya comprensión e intervención efectivas seguirán siendo impotentes la microbiología, la inmunología, la quimioterapia y la epidemiología.  

* Médico social.

http://www.elespectador.com/opinion/para-formar-mejores-medicos-columna-693077

 

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NOTICIAS:

http://www.eluniversal.com.co/salud/alerta-en-2017-van-140-casos-de-tuberculosis-253106

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Impacto de la tuberculosis en los niños

 

A pesar del millón de niños enfermos de tuberculosis (TB) y de los más de 100.000 que mueren cada año en el mundo, siendo tan significativa, la TB Infantil ha sido mal comprendida y relegada a las sombras pero debido a la gravedad que implica, ocupa ahora el centro de la atención mundial.

En Colombia hay más de 500 niños con la enfermedad, una gran población infantil con TB latente y un alto porcentaje con factores de riesgo y gran vulnerabilidad para infectarse y sobre todo para enfermar: exposición temprana, corta edad, desnutrición, pocas defensas, pobreza, desplazamiento y no estar vacunado, entre otros.

Todos sabemos las dificultades que plantea el diagnóstico en los niños y que por la inmadurez inmunológica, la diversidad e inespecificidad clínica y las limitaciones del estudio bacteriológico, la detección y diagnóstico siguen siendo muy bajos, pero si tenemos en cuenta el impacto de la enfermedad en la infancia, no podemos seguir escudándonos en estos hechos para no tener una decidida actitud y compromiso frente al problema. No olvidemos que la infección y la enfermedad por tuberculosis no sólo indican la transmisión reciente del bacilo sino que los niños infectados o enfermos serán los adultos enfermos del mañana, si nos se los diagnostica, reciben terapia preventiva o se tratan. Por otra parte las formas de la enfermedad en los niños pueden ser muy diseminadas y graves e incluso producir la muerte y además dejar secuelas irreversibles pero sobre todo originan profundos sufrimientos en los niños y en sus familias.

Para controlar la TB se requiere el mejoramiento real de las condiciones de vida de los niños, sus familias y comunidades. La solución es responsabilidad de todos: el Estado, el sistema y nosotros. El diagnóstico y el tratamiento oportunos y acertados y la prevención eficaz requieren de todo el equipo de salud un urgente compromiso con la infancia que garantice su atención integral. Para la OMS/OPS la TB infantil es una prioridad en la actualidad, por tanto con convicción debemos sumarnos a los lemas: “Los niños de hoy deberían tener la esperanza que un día vivirán en un mundo donde nadie se enferme de tuberculosis” y “Unidos para poner fin a la tuberculosis”.

 

 

 

 

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